Cómo explicar la muerte a un niño según su edad

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Va a ver niños que no vuelvan a ver a alguno de sus abuelos, también otros niños se pueden enfrentar a la muerte de alguno de sus padres, tíos y otros de alguno de sus compañeros de clase o amigos.  

¿Cómo le vamos a decir a nuestros hijos que su abuela o abuelo ha muerto?, ¿Cómo le explicamos lo que ha sucedido?, ¿Pueden llegar a entender qué es la muerte?, ¿Qué hacer si nos pregunta?, Vamos a hablar de estas preguntas y otras como,  ¿Es bueno que nos vea tristes?, ¿Tenemos que evitarle lo sucedido?

Hoy en día alejamos lo más posible la presencia de la muerte a nuestros hijos, procuramos que sepa lo menos posible, así que, si pregunta solemos cambiar de conversación. Otras veces usamos  eufemismos “Se ha ido a un largo viaje”, “Está en el cielo”.

Sin embargo, la realidad de las investigaciones muestra que los niños si tienen curiosidad por la muerte, de la forma que se preguntan “¿De dónde venimos?”, también se preguntan  “¿A dónde vamos?” 

Estas son algunas de esas preguntas que se hacen los niños:

 ¿Tú no te vas a morir, verdad mamá?
Mi muñeca estaba malita y se murió, pero luego ya se puso buena?
El abuelo está muy malito, ¿se va a morir?

Los pequeños “saben” más de lo que nos gustaría, si observamos sus juegos podemos ver que en ellos también aparece la muerte.

“Todos los indios se habían muerto, porque los vaqueros les mataron”
 “Vale que tú te morías y entonces yo era el rey”

¿Por qué debes hablar sobre la muerte a tus hijos?

Los niños preguntan, juegan, dibujan y elaboran teorías sobre las cosas que ven, intuyen y desean saber. De la misma forma, que construyen teorías acerca del nacimiento y cómo se produce sin haberles dicho nada, lo mismo hacen con la muerte y el más allá.

El niño ante su curiosidad trata inventar para dar una respuesta a su angustia y dependiendo de la edad del pequeño y grado de madurez, muchas de esas explicaciones que se da suelen provocarle más angustia, ya que, la fantasía del niño es mucho más terrorífica de lo que nos imaginamos.

“El abuelito  no se ha llevado su abrigo, seguro que ahora que está muerto tendrá frío”.

No debemos dejar al niño solo con su mundo de fantasías. Es primordial fijarse en qué pregunta y responder de acuerdo a su edad con sinceridad ante sus dudas. 

Es fundamental saber qué entiende, qué se pregunta y con qué fantasea para poder ayudarle a conocer la realidad de manera menos angustiosa.

Es conveniente explicar al niño el porqué de la muerte. Es necesario que sepa que existe una causa física por la que morimos porque si no damos una explicación de lo sucedido  o no llega a comprender, elaborará su propia teoría, dejándose llevar por sus pensamientos generándole más angustia.

La razón que damos al niño debe hacerle comprender que él no ha tenido nada que ver en ello. Que aunque hiciera enfadar alguna vez a sus abuelos o no obedeciera a su mamá o su papá y,  en alguna, ocasión se enfadara y riñera con alguno de sus amigos NUNCA eso puede provocar la muerte.

Y siempre la explicación adecuada a su edad.

 Los niños necesitan dar un significado a lo que sucede después de la muerte.

¿Cómo reaccionan los niños ante la muerte según su edad?

Los niños comprenden y reaccionan de diferente manera ante la muerte dependiendo de su edad. 

Cómo enfrenta la muerte el bebé hasta los dos años

La muerte no es más que una palabra, desconocen su significado. Sin embargo, entre los seis y los ocho meses los bebés desarrollan lo que se conoce como “noción de permanencia del objeto”, es decir, sienten la ausencia de la persona con la que han desarrollado un vínculo fuerte, generalmente es la madre. 

Los niños hacia los dos años perciben los cambios que se producen en sus rutinas, son sensibles al estado de ánimo negativo que pueden experimentar sus cuidadores

Pueden aparecer lloros y rabietas o busque a la persona que ha perdido y espera a que entre por la puerta de casa. Además pueden volver a etapas anteriores en el proceso evolutivo como chuparse el dedo, querer el chupete todo el rato, hacerse pis en la cama o perder interés por sus juguetes.

Qué hacer y decir a su bebé hasta los 2 años para ayudar a enfrentar la muerte

Lo más importante es mantener sus rutinas, horarios y ritmos. Dar continuidad y seguridad a su mundo es vital, mantener sus espacios como lo tenía antes de la pérdida, minimizando los cambios para no crearles inseguridad. 

Si el fallecimiento es de su madre proporcionarle una persona cercana al bebé para que cubra sus necesidades. Hacia los 2 años son capaces de ver cambios y la tristeza y el dolor del ambiente. Debemos explicar con suavidad lo sucedido, decirles que estamos tristes porque el abuelo/a ha muerto y ya no va a volver. Necesitan recibir mucho cariño. Nos preguntaran porque estamos tristes o lloramos y debemos responderles. Los niños necesitan comprender lo que perciben.

Cómo enfrenta la muerte el niño de 3 a 6 años

Los niños a estas edades conciben la muerte como un estado temporal y reversible pueden pensar que se ha dormido y en cualquier momento puede despertar y volver

A estas edades pueden creer que la muerte o las enfermedades que causan la muerte son contagiosas y que otras personas de su entorno también pueden morir. Esto se altera con la creencia de que sus padres y ellos mismos son eternos y nunca morirán. 

Perciben la muerte como castigo con sentimientos de responsabilidad, pueden llorar y sentir emociones intensas

Preguntarán muchas veces donde está la persona fallecida, a veces, reaccionan negando la realidad como si no hubieran oído lo que se les está diciendo. No debemos insistir en que lo comprendan, no significa que no lo hayan entendido.

Qué hacer y decir a su hijo de 3 a 6 años para ayudar a enfrentar la muerte

Lo más importante, teniendo en cuenta la forma literal que tienen de interpretar los acontecimientos que suceden, es poder utilizar un lenguaje claro, preciso y real a la hora de explicar la muerte.

Los niños muestran mucha curiosidad por el lugar donde está y cómo se encuentra la persona que ha fallecido y suelen preguntar ¿dónde está?, ¿puedo hablar con él/ella?, ¿Cuándo vamos al cielo?, es importante responder a estas preguntas. 

La mejor forma de saber que responder es preguntarles qué piensan sobre ello y nos servirá para saber qué es lo que comprenden de lo sucedido para así despejarles las dudas y preocupaciones que nos puedan plantear. 

No necesitan una explicación extensa. Debemos ayudarles a entender que la muerte es irreversible y nunca volveremos a ver a las personas que fallecen

Cómo enfrenta la muerte el niño de 6 a 10 años

Hacia los 7 años pueden diferenciar la fantasía de la realidad, la muerte va haciéndose más real y son capaces de comprender que la persona que ha muerto no va a volver. 

Hacia los 9 o 10 años van tomando conciencia de que la muerte nos sucede a todos y aparece entonces el temor y angustia de que ellos o sus familiares pueden morir. Aparecen sentimientos de culpa causados todavía por pensar que si alguien se muere ha podido deberse a algo que ellos hayan hecho o pensado. 

La muerte muestra mucha curiosidad en esta etapa por saber qué sucede con el cuerpo cuando se muere, qué puede causar la muerte, y se interesan por los ritos que tienen lugar, funeral, tumbas, el entierro, los cementerios y preguntas cómo, ¿Cómo es el cielo?, ¿Cómo sabemos dónde van las personas que mueren?, los adultos nos enfrentamos a un bombardeo de preguntas.  

Qué hacer y decir a su hijo de 6 a 10 años para ayudar a enfrentar la muerte

Los niños entre los 6 y 9 años necesitan que se les explique la muerte de un ser querido atendiendo a los hechos y las causas que lo han provocado cobran especial importancia las preguntas y temores que los niños suelen expresar cuando se les comunican la muerte de un ser querido. 

Es importante pedirles que nos pregunten todo lo que necesitan saber. Trata de escucharles teniendo en cuenta que sus preocupaciones irán dirigidas a averiguar qué le pasa al cuerpo cuando muere, que va a pasar ahora con su vida, que puede ocurrir si alguien enferma y muere. Pueden preguntarse si ellos tuvieron algo que ver en la muerte y desarrollar sentimientos de culpa. Pueden mostrar deseo de asistir al funeral y en este caso procurar que el niño esté acompañado y explicarle en qué consisten estos ritos de despedida.  Es posible que aparezcan rabietas y quejas, debemos tener paciencia  e intentar no responder y cuando vayan remitiendo es bueno reforzar los avances.

Cómo enfrenta la muerte el niño de 10 a 13 años

A estas edades, los niños pre adolescentes entienden perfectamente lo que es la muerte, saben que es irreversible, por lo que la persona no va a volver, comprenden y saben cómo murió la persona y entienden el impacto que provoca la muerte en sus familiares y en ellos mismos. 

Desean saber más cosas sobre el más allá, se preguntan qué es el cielo o la resurrección, suelen reflexionar sobre su propia mortalidad. Tienden a bloquear sus sentimientos por la dificultad que supone afrontarlos. Les cuesta mucho hablar, llorar o expresar lo que sienten y piensan sobre la muerte. Se muestran reacios y pueden manifestar su miedo volviéndose más irritables o desarrollar problemas para comer o estudiar

 Necesitan tener cerca a su grupo de amigos, estar y salir con ellos les ayudará a distraerse y estar más tranquilos.

Qué hacer y decir a su hijo de 10 a 13 años para ayudar a enfrentar la muerte

Si a estas edades nos preguntan sobre la muerte, probablemente lo hagan movidos por sus inquietudes o temores, al tener más conciencia del impacto que puede causar la muerte en sus vidas. 

Es importante que nos mostremos serenos y les demos confianza, en esta etapa puede ayudarles mucho compartir con ellos nuestros sentimientos o que les hablemos de las experiencias de duelo que hayamos compartido cuando éramos más jóvenes

Necesitan escuchar que aunque la muerte duela podemos seguir adelante y volver a llevar una vida normal. Es aconsejable que participen en los ritos funerarios

No debemos permitir que el niño asuma roles que por su desarrollo evolutivo no les corresponden, si muere su padre o su madre tener cuidado en decir “ahora eres tú el hombre o mujer de la casa”. Es bueno que se responsabilicen y así se lo haremos saber. Podemos pedirles que escriban cómo se sienten, sus miedos  y lo que piensan de lo sucedido.

En conclusión, es fundamental que sepamos que la comunicación de la muerte debe ser transmitida al niño lo antes posible y por la persona más allegada o que tenga más confianza con él. Esta comunicación debe ser poco a poco, no de golpe, respondiendo a sus preguntas.

Debemos decirles siempre la verdad y esta se abordará en función de la capacidad emocional y cognitiva que tenga el niño para que lo vaya entendiendo. Debemos ayudar a expresar y aclarar sus dudas y hacerles ver que no son responsables de la muerte. Hay que transmitirles seguridad y confianza, que con la muerte no vamos a olvidar a su familiar fallecido, se debe compartir el dolor, los recuerdos las fotos, hablar de la persona fallecida

Nosotros los adultos somos modelo de aprendizaje de la expresión emocional de su dolor.


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Antonia Cámara Laguna

Antonia Cámara es psicóloga licenciada en especialidad en Psicología clínica por la UNED. Realiza terapias relacionadas con trastornos de ansiedad: pánico, estrés agudo y postraumático, tratamiento del duelo, depresión, adicciones y compulsiones, prevención del suicidio, tratamiento psicológico del dolor y terapias aplicadas a adultos y niños.

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